domingo, 7 de febrero de 2016

Y tu...

Y tu, ¿Qué te crees?

Culpable de todo.

Culpable de tanto. De llantos, de penas, de burlas, de enfermedades, de pastillas, de locuras...

¿Qué te crees?

Tengo tanto que decirte y siento que te grito con la boca tapada, que es como tratar de golpearte en medio de una pesadilla. ¿Qué te crees? Para hacerles eso...

Y ahora caes enfermo... Y no puedo evitar rezar para que te redimas. Para que encuentres perdón en esta vida, porque en la siguiente, tu no te podrás perdonar. Rezo para que no sufras lo que quizás te merezcas pasar...

Eres el culpable de todo. De sus llantos, de sus iras, de sus susceptibilidades... Y en sus arranques, sus manías y sus llantos, te veo a ti, como una pesadilla que nunca acaba. Como una nube negra que persigue, que ya no llueve, pero nunca se va...

Pero eres, desde tu locura, responsable de todo lo bueno que tengo. Eres el responsable, desde tu locura, de que ella no sea como tu. Tu eres el responsable de hacerla huir, lejos de ti... Lejos de lo que tu representas. Eres el responsable de que haya elegido a un hombre que es transversalmente distinto a ti. Amoroso, cariñoso, afectuoso, valiente y dispuesto.

Tu eres responsable de sus mejores decisiones, que a su vez, han inspirado las mías.

Tu, desde tu locura, eres responsable de sus luchas por ser mejor cada día.

Tu eres culpable de todo malo y en parte responsable de lo mejor que tengo...

¿Cómo hubiera sido la vida sin tu locura?

Dios quiera que sea locura...


Distancias...

Hace tanto tiempo que no escribo que no sé por dónde empezar.

Tantas cosas han pasado en el último año que pasa desapercibido lo importante que es detenerme, aunque sea cinco minutos a pensar, a leer, a respirar...

Últimamente tantas cosas pasan, tantas cosas... me molestan... tantas me inspiran y me hacen olvidar por qué me enojé.

Los cambios, los viajes, los espacios, los llantos, los silencios... Las distancias.

Al final, todo es cuestión de distancias.

Las distancias que acortas con los seres que amas y quienes quieres tener cerca. Como tú, aquí, conmigo.

Las distancias que procuras con las personas que te hieren, con los que hieren a los que amas, como él.

Los puentes que construyes con los que quieres, pero de quienes necesitas alejarte de vez en cuando. Puentes con los que puedes acercarte cuando lo necesitas, con los que puedes volver cuando necesitas tu espacio.

Divago entre tantas letras. me disculpo si no tengo mucho sentido... No sé con quién, no sé por qué... Pero disculparme es algo que suelo hacer con frecuencia. Es un reciente descubrimiento y aparentemente es algo que debo corregir.

Pero entre tantas distancias y tantos puentes, está aquello con lo que yo siempre soñé, lo que yo siempre quise tener y ahora veo cerca y puedo tocar... En medio de tanto, están los sueños que ahora puedo decir que estoy construyendo y no soñando. Puedo decir que estoy caminando y no volando...


Pero cómo duelen los pies.