lunes, 29 de julio de 2013

Un pasito más...

Después de mucho intentar escribir algo, me di cuenta de que las ideas no iban a fluir. No mientras yo no estuviera segura de qué estaba haciendo con mi vida y de pronto saltó un recuerdo de una conversación de no hace mucho tiempo. 

Un amigo me decía "En algún momento te vas a cansar de intentar que el mundo y la gente cambie, porque te vas a dar cuenta que eres la única que se porta así... y nadie te sigue" 

¿Así cómo? Soy catequista de Confirmación desde los 17 años. Todos los años, tenemos grupos diferentes, personas diferentes, incluso creencias diferentes. Cada año hay bajas, hay pérdidas, hay cambios y hay decepciones y conversiones. 

Pero hay algunas cosas que llegan a tocarme lo más profundo del corazón. Entre tantas, los animadores que vienen todos los años para enseñar lo que ellos aprendieron el año anterior (o el anterior a ese): sus caritas esperanzadas en hacer un cambio, sus risas y sus chongos en medio de la preparación, sus disculpas cuando meten la pata... Sus inesperados comentarios en momentos en los que yo siento que pierdo las fuerzas, para demostrarme que todo vale la pena. Pero lo que más me alimenta a seguir siendo mejor... cuando usan las palabras que nosotros decimos, para darnos una lección. 

Cómo no intentar crecer cuando sabes que hermosas almas escuchan lo que les dices; cómo no creer en Dios, cuando sé que me habla a través de ellos y de sus sonrisas. 

Todo esto me hace pensar en cómo perdemos detalles de nuestras vidas, en los que nuestro entorno nos responde a todo lo que hacemos. Las consecuencias de nuestras acciones, de nuestras palabras, miradas y gestos... Todo, estrechamente interconectado. En más de una ocasión lo he dicho: Hemos venido al mundo a que nos enseñen, y si no aprendemos de aquellos que aprenden de nosotros, nunca sabremos nada de nosotros mismos y no podremos cambiar. 

Por eso, por los cientos de chicos que vienen cada año y por millones de cosas más, no me voy a cansar de esforzarme y de esperar que algo cambie... o todo. Que alguien me escuche o los escuche a ellos y a sus ideas de cómo hacer de este un mundo mejor... porque con ellos, estoy un millón de pasos más cerca de Dios. 




domingo, 7 de julio de 2013

Si la vida no fuera complicada.

Si la vida no fuera complicada, todo sería diferente. 

Te levantas, te cambias. Desayunas. Saludas a tu mamá, le das un beso a tu papá. Te vas, tomas el bus, llegas a clase tomas nota. El profesor atiende todas las dudas. Sales, saludas a tus patas. Tomas el bus, vas al trabajo. Avanzas tus pendientes, almuerzas. Terminas lo que te faltaba. Te vas. Llegas a tu casa. Haces tus trabajos. Cenas con tu familia. Te acuestas, hablas por whatsapp para coordinar el plan del fin de semabna. Te duermes. 

Si la vida no fuera complicada, sería todo distinto. No trataríamos de ser cada día mejor para que nuestros problemas sean cada vez menos graves. No nos detendríamos a aconsejar a un amigo y apoyarlo y demostrarle que estamos ahí para ellos.No apreciarías los esfuerzos de tu madre por hacer de ti una persona mejor. No apreciarías los esfuerzos de tu padre por darte una vida mejor. Incluso, no seríamos capaces de ver las luchas internas de cada uno. No tendríamos la necesidad de ponernos en los zapatos de otro para poder entenderlo. 

Si la vida no fuera complicada, nos perderíamos de tanto. La riqueza del ser humano está en su lucha por enfrentar sus problemas, en su fuerza para hacerlo solo, incluso en la que se requiere para pedir ayuda, para solicitar un hombro. No podríamos identificarnos con un buen libro, porque responde a nuestras dudas, a nuestros conflictos. No seríamos capaces de ver la belleza de las personas dispuestas a darse todos por hacer de este un mundo más hermoso. 

Si la vida no fuera complicada, todo sería distinto. Porque hasta en lo feo hay belleza, solo es cuestión de aprender a verla.