Si la vida no fuera complicada, todo sería diferente.
Te levantas, te cambias. Desayunas. Saludas a tu mamá, le das un beso a tu papá. Te vas, tomas el bus, llegas a clase tomas nota. El profesor atiende todas las dudas. Sales, saludas a tus patas. Tomas el bus, vas al trabajo. Avanzas tus pendientes, almuerzas. Terminas lo que te faltaba. Te vas. Llegas a tu casa. Haces tus trabajos. Cenas con tu familia. Te acuestas, hablas por whatsapp para coordinar el plan del fin de semabna. Te duermes.
Si la vida no fuera complicada, sería todo distinto. No trataríamos de ser cada día mejor para que nuestros problemas sean cada vez menos graves. No nos detendríamos a aconsejar a un amigo y apoyarlo y demostrarle que estamos ahí para ellos.No apreciarías los esfuerzos de tu madre por hacer de ti una persona mejor. No apreciarías los esfuerzos de tu padre por darte una vida mejor. Incluso, no seríamos capaces de ver las luchas internas de cada uno. No tendríamos la necesidad de ponernos en los zapatos de otro para poder entenderlo.
Si la vida no fuera complicada, nos perderíamos de tanto. La riqueza del ser humano está en su lucha por enfrentar sus problemas, en su fuerza para hacerlo solo, incluso en la que se requiere para pedir ayuda, para solicitar un hombro. No podríamos identificarnos con un buen libro, porque responde a nuestras dudas, a nuestros conflictos. No seríamos capaces de ver la belleza de las personas dispuestas a darse todos por hacer de este un mundo más hermoso.
Si la vida no fuera complicada, todo sería distinto. Porque hasta en lo feo hay belleza, solo es cuestión de aprender a verla.