Jesucristo, para qué me has dado
esta responsabilidad y esta carga. Si sabes cómo soy… si sabes cómo me pongo
cuando escucho estas cosas. Si sabes que no soy fuerte para escucharlas… Para
qué me has dado esta carga si sabes que mi alma llora cuando ellos sufren... Cuando
veo gente tan buena como tu sufrir por causa de otros...
Para qué me has dado esta carga,
si en mis manos no está que ellos sean felices, o que estén seguros, o que
estén bien. Para qué me has dado esta carga si no puedo tenerlos con bien. Dime
Señor, que hoy no entiendo. No entiendo mi carga. No entiendo mi impotencia.
Dime Señor porque hoy, no puedo hacer nada. Hoy no tengo fuerza en el alma para
resistir que les hagan daño. No tengo coraza… no tengo.
Dime para qué me das esta carga,
si sabes que me quita toda la atención durante el día, que no puedo soportar
saber qué hacen y el daño que les hacen. Puedo tolerar sus errores. Yo misma
los he cometido. Puedo soportar sus cagadas… yo misma las he hecho. Pero no
puedo resistir que les hagan daño. No puedo mirarlos y mirar en ellos el
futuro… lo que se viene, si les siguen haciendo daño.
Para qué me das esto… si sabes
que no tengo fuerza. No tengo lo que se necesita para protegerlos…
Jesús, para qué me das esto… si
sabes que no puedo.