sábado, 11 de febrero de 2017

A solo un paso...

Lo hice.

El 07 de octubre del año pasado, me estaba retirando del trabajo que me hizo evaluar todas mis decisiones.

Recientemente, me preguntaron qué era tan horrible de ese trabajo, que me estuviese forzando a irme. No se trataba de eso. Aunque hubiese muchos factores que influyesen, el trabajo no era el problema. Era yo.

Yo conocía algo mejor, y sabía (aún sé) que podía dedicarme a algo en lo que me sintiera satisfecha, contenta... incluso feliz. Sabía que tenía derecho a escoger un trabajo que tuviese relación con mi profesión y las razones por la que estudié en primer lugar. Y esa idea no dejaba de perseguirme...

Esta semana cumplí 4 meses de haberme retirado de la empresa. En este tiempo me certifiqué como Coach Profesional, empecé un nuevo trabajo y me inscribí para formarme como terapeuta familiar. Y eso sin considerar cómo ha influido mi decisión en mi vida personal y familiar.

Esta semana empecé mis labores en un instituto superior, como profesora. Voy a enseñar habilidades blandas (liderazgo, inteligencia emocional, esas cosas) a jóvenes que aún se encuentran en formación para ser profesionales. Además, tengo la oportunidad de tener responsabilidades que REALMENTE tienen que ver con mi carrera.

Muchos decían que estaba siendo engreída, o caprichosa, por no acomodarme a mi trabajo. Pero existe la posibilidad de hacer lo que a uno le gusta. El camino está ahí, esperando por ser descubierto. Siempre estamos a una sola decisión de hacer nuestra vida más feliz. Esa decisión que tu sabes cuál es... Pero te da miedo tomar, o crees que no puedes... o crees que es imposible.

¿Qué necesitas para convertirte en la persona que quieres ser?